
Insinuante blusa negra.
Se esta dejando una bonita melenita.
Carme Chaparro es presentadora de los informativos de Telecinco fin de semana. Empezó haciendo los informativos para las desconexiones de Telecinco en Cataluña. Su fresca naturalidad y su profesionalidad no han sido desaprovechadas y Carme Chaparro ya es uno de los rostros más emblemáticos de los informativos de esta privada. En estos momentos presenta junto a José Ribagorda las ediciones del fin de semana.
-¿Contenta con trabajar esos días?
-Al no tener hijos no tengo grandes responsabilidades familiares. Soy una persona muy positiva y me amoldo fácilmente a todo lo que se refiere a mi trabajo. Al trabajar en «esos días», en los que la mayoría de la gente descansa, tengo la posibilidad de poder hacer cosas en otros en los que al ser más laborables me puedo permitir acudir a sitios sin tanta aglomeración. Lo único malo de todo esto es que no puedo salir con mis amigos el fin de semana, ya que entro por la puerta de Telecinco a eso de las ocho de la mañana...
-¿Es cierto que en contra de lo que la gente cree, el relax no existe en los informativos de fin de semana?
-Para nosotros la semana empieza los jueves. En los días previos al «finde» preparamos contenidos. ¿El motivo? El sábado y domingo son bastante complicados para encontrar a gente o fuentes de información que te complementen determinadas noticias. Nuestro ritmo de trabajo es el mismo. No hay ni un momento para el relax. Tenga en cuenta que somos menos gente y hacemos dos informativos al día. Fichamos a las ocho y podemos estar hasta las diez de la noche.
-Hay una Carme Chaparro que da las noticias y otra fuera de la mesa de Informativos Telecinco?
-Si lo dice por los trajes de chaqueta, sí. En mi casa no tengo ni uno en el armario. Me gustan los colores llamativos, pero soy consciente de que para dar un informativo hay que ir con total discreción. Mi tarea es contar las noticias de la forma más neutra.
-Eso desde el punto de vista del vestuario, pero en cuanto a información, ¿es usted partidaria de los telediarios de autor?
-Como persona tengo mis ideas, pero en mi trabajo es que no se noten. Una cosa que nos identifica a Informativos Telecinco es la cercanía o, lo que es lo mismo, que cuando contamos una información tratamos no sólo de hacer partícipe a la audiencia; sino que además intentamos que ésta comprenda lo que le contamos y los motivos por lo que la damos.
Publicado en la revista Tocado en 2003
Carme Chaparro Martínez proyecta una imagen juvenil. La periodista presenta una armonía en tonalidades oscuras que configuran su cabello moreno -que, a veces, matiza con naturales reflejos-, su mirada oscura y su piel tostada. De su rostro redondo, destacan por su fuerza sus grandes ojos de largas pestañas y su sensual cabellera ondulada que acostumbra a dejar suelta.
De estatura mediana y complexión media, Carme Chaparro viste acorde con su edad. En pantalla, suele proyectar la imagen sobria y exenta de artificios que exige un informativo aunque, al natural, luce un vestuario mucho más informal. La ropa vaquera es habitual en su vestuario aunque también sabe vestir bien cuando la ocasión lo requiere.
Carme Chaparro proyecta una imagen cercana. Su rostro sonriente y su melena ondulada transmiten serenidad pero también calidez. A través de la pequeña pantalla, su mirada expresiva se convierte en su principal arma de comunicación y contribuye a alejarla del estereotipo de busto parlante. Proyecta también una imagen de rigor y credibilidad, tan importante para un presentador de informativos, aunque inusual en una persona tan joven. A pesar de ello y del vestuario sobrio que suelen vestir las presentadoras de informativos, la periodista catalana conserva una imagen juvenil.
Comentario hecho para la revista Hoy mujer
• Carme Chaparro, presentadora de informativos. En el gimnasio, cuando levanto la vista, casi siempre hay un hombre mirándome. Y me siento incómoda. Claro que separar espacios por sexos es un paso atrás. Pero hay cosas más importantes: la seguridad, la comodidad... El cuerpo de la mujer es suyo y ningún hombre tiene derecho a agredirla, ni siquiera con la mirada. Por otra parte, renunciar a esos lugares es dárselos a ellos, ceder, y lo que hay que hacer es saber comportarse”.